Cristo Rey "olvida" a un octogenario más de cinco horas en urgencias

Solo cuando los hijos pidieron que le quitaran la vía para llevárselo fue atendido, después de haber denunciado la demora y su mal estado en varias ocasiones

 Cristo Rey "olvida" a un octogenario más de cinco horas en urgencias

Foto: CRISTO REY

Clínica de Cristo Rey.

En todos sitios cuecen habas. La clínica privada de Cristo Rey mantuvo ayer durante más de cinco horas a un paciente de 84 años en la sala de espera de urgencias y sólo cuando los hijos pidieron que le retiraran la vía para llevárselo a casa “ante el olvido en la atención y el diagnóstico” por parte de la clínica privada, fue atendido.

La queja formal, a la que ha tenido acceso EXTRA JAÉN, ha sido presentada esta misma mañana por uno de los hijos del paciente, basándose en la Ley 41/2002 (Ley Básica Reguladora de la Autonomía del Paciente), en la que se recomienda “promover que las personas adultas mayores tengan una atención preferente”.



“Por el presente expreso mi queja y profundo malestar al tiempo de espera sufrido en la atención de ‘urgencias’, toda vez que la recomendación que se hace para la atención en este tipo de servicios en sus niveles más leves (Nivel 4 urgencia menor y Nivel 5 no urgente) es de 120 y 180 minutos, lejos de los 320 minutos que nosotros estuvimos".

Según ha denunciado la familia el paciente de Adeslas llegó a las 12’15 horas con un episodio de desvanecimiento, mareos continuos, pérdida de visión, hipertensión y niveles bajos de azúcar. Se trataba de un varón de 84 años con un precedente oncológico. Tras ser atendido por un facultativo se le realizaron tres pruebas: un electro, un análisis de sangre y un TAC craneal.

A las 15’30 horas el médico que lo había atendido abandonó la clínica sin que se hubiese comunicado ni al paciente ni a los familiares el resultado de las pruebas. A las 16 horas, los hijos llamaron la atención del personal de la clínica Cristo Rey sobre el hecho de que un señor de 84 años llevaba 3’5 horas esperando en la sala de urgencias.

La respuesta fue que los resultados podían haberse demorado, por lo que la espera continuó con el paciente en el mismo estado y sin ningún tipo de ingesta, a pesar de que los niveles de azúcar habían resultado bajos a su llegada, algo que recoge la queja presentada: “Nos referimos a una persona de 84 años, con un nivel de azúcar bajo, sin ingerir alimento alguno durante varias horas y con una sala de espera cuya comodidad desde luego no está pensada para esperas tan dilatadas.

¿Una práctica habitual?

El escrito recoge también que varios usuarios manifestaron a los familiares que “esta situación, lejos de ser aislada o puntual, suele ser habitual”.

A las cuatro horas y cuarto de llegar a la clínica, es decir, a las 16’30 horas, los hijos volvieron a preguntar por los resultados de las pruebas y una de las sanitarias les dijo que iba a llamar al laboratorio, que dijo estar externalizado, para ver si había algún tipo de problema.

Transcurridos otros tres cuartos de hora, a las 17’15, los hijos del enfermo volvieron a denunciar la situación en administración y recepción de pacientes y se les comunicó, cinco horas después, que aún no habían recibido los resultados del TAC.

Ante esta situación solicitaron que se le retirara la vía a su padre para poder llevárselo a su domicilio ante lo que consideraban un “olvido” y una “presunta negligencia”, según han manifestado a este periódico, por parte de la clínica privada Cristo Rey, que en cinco horas no había tenido la consideración, tratándose de un enfermo de tan avanzada edad, de, ni siquiera, informar ni al paciente ni a los familiares.

Y se obró el milagro. Apenas dos minutos después y ante la insistencia de que le quitaran la vía inmediatamente, fue conducido a una de las consultas de urgencias para ser atendido por una facultativa, que informó al asegurado y a los hijos que sí que tenía los resultados de las pruebas realizadas, incluido el TAC, a pesar de que con anterioridad habían comunicado que el TAC no había llegado.

En total, más de cinco horas “olvidado” en las urgencias de la sanidad privada, concretamente, en la clínica Cristo Rey de Jaén capital.

La queja presentada concluye lamentando que esta sociedad haya perdido “la empatía tan necesaria en servicios como la atención sanitaria y cuando se producen fallos se limitan en descargar la responsabilidad en terceros".