Los presupuestos para el próximo año presentados por la Junta son como las gotas de lluvia estival que ensucian los coches. Barro seco que nos obliga a buscar una manguera para quitarnos la mugre. Llovió en Jaén, pero no millones.
Pocas veces he asistido a una presentación de las cuentas de la administración autonómica (y van ya muchas) en las que sus maestros de ceremonias tuvieran que tirar de partidas tan insustanciales como que se va a construir un mirador en el Puerto de las Palomas, el programa Taxi Demanda, con 600.000 y 240.000 euros, respectivamente, o la partida de 250.000 euros para la Feria Tierra Adentro del próximo año.
Y lo hicieron, Catalina García, la consejera dimitida de Sanidad, ahora de Medio Ambiente, y el delegado del Gobierno andaluz, Jesús Estrella, sin pestañear, henchidos de petulancia presupuestaria vendiendo la obra del mesías Moreno que hizo de Jaén la tierra prometida y que ocho años después sigue manteniendo a la provincia en la insignificancia.
Nadie creo que esperara nada más de los presupuestos después de la moción de censura de Jaén Merece Más que le arrebató al PP la Alcaldía de la capital. Pero sí al menos cierta precisión (permítanme el eufemismo).
La consejera dijo que la Junta invertiría en Jaén el próximo año 366 millones de euros y que ese montante suponía un 8’9 por ciento más que el anterior. Pero el año anterior se presupuestaron 365 millones, uno menos. Difícilmente puede tratarse de casi un nueve por ciento más, entiendo. También dijeron que cada jiennense tocaba a 592 euros de las cuentas, muy por encima, dijo García, de la inversión por habitante del año anterior, que, según ella era de 381 euros, pero la cifra real fue de 588 euros.
Además, si a las cuentas de 2025 se le resta el 2,7% de inflación de 2024 en Andalucía según ha establecido la memoria de la propia Consejería de Economía, que serían 9’85 millones de euros, resulta que la provincia de Jaén habría perdido 8’85 millones de euros.
Jaén no le quita el sueño ya a nadie. Ni a los jiennenses. Además, se empeñaron en comparar cada partida con las del año 2018, antes de la llegada del PP al Gobierno. Es decir, ocho años antes. ¿Y por qué no 15? ¿O 25? ¿O 100? Mucho mejor para pergeñar incrementos porcentuales.
Sin embargo, los presupuestos esconden mucho más que las partidas que embarran Jaén. Son una declaración de intenciones de un Gobierno y de un partido dejando claro que prescinde de esta provincia para los próximas citas electorales y con ello, apuesta por el continuismo de quienes están, que ni siquiera sabemos si predican en el desierto sevillano en busca de alguna inversión más que la del taxi para los pueblos, el Puerto de las Palomas o la próxima cita con Tierra Adentro, sin desmerecer, oiga, que su trabajo ha tenido que costar.
Seguirán los que están. Continuarán hasta los que no están. Y aquí paz y en San Telmo gloria.
 
                     
                 
               
            