Palomos de papel

Manuel Palomo

Jaén en Navidad: más comidas de empresa que empresas

Una comida de empresa no es buena hasta que no sales del baño

Dicen los expertos que en Jaén hay aceite para aburrir, pero lo que nadie esperaba es que hubiera más comidas de Navidad de empresa que empresas censadas. Uno sale a la calle en diciembre y no sabe si está en la Carrera de Jesús o en el pasillo central de un catering gigante patrocinado por el turrón duro y el vino peleón.

Da igual que la empresa tenga 3 trabajadores, 2 becarios y un primo que pasaba por allí: la comida de empresa se hace. Es ley. Y si no hay empresa, se inventa. “Comida de empresa de los que trabajamos alguna vez”, “comida de excompañeros”, “comida de empresa emocional”.

Este año, además, la cosa viene fuerte. Con el jamón que nos ha dado la empresa por Navidad nos vamos a hacer un montón de bocadillos de mortadela. Porque el jamón está muy bien… si tienes cortador profesional, cuchillo afilado y tiempo libre hasta Semana Santa. Mientras tanto, la mortadela cumple y no juzga.

Porque seamos claros: una comida de empresa no es buena hasta que no sales del baño. Ese es el verdadero certificado de calidad. Si no hay sudor frío, mirada perdida y una promesa silenciosa de “no vuelvo a mezclar marisco con vino”, la comida ha sido floja.

Y luego está el momento mágico: ver a tu jefe bailando “Pavo Real" del Puma (o cualquier cosa que suene a verbena de pueblo) con una copa en la mano y la dignidad pidiendo la cuenta. Ahí es cuando entiendes que el espíritu navideño existe… y lleva dos gin-tonics de más.

Si España se va a hundir, como dicen algunos, no será por la deuda ni por Europa, será por la Carrera de Jaén. No cabe tanta gente. No puede aguantar tal concentración humana de chaquetas abiertas, risas exageradas y grupos diciendo “vamos a la última y nos vamos”. La Carrera no está preparada para soportar la avalancha de comidas de empresa que se juntan estas Navidades. Ni el suelo, ni las farolas, ni los camareros.

Jaén en Navidad no duerme, digiere. Y entre comida de empresa, copa “rápida” que se alarga y jamones que acaban siendo fiambre, seguimos demostrando que aquí no habrá muchas multinacionales, pero el arte de juntarnos a comer y liarla un poco lo llevamos a nivel experto.

Felices fiestas… y que el baño os sea leve.